La pareja ideal de Leo
Los felinos son acaso el signo más afectuoso del zodiaco. Son amorosos y no se detienen ante nada cuando conocen al objeto de su amor. La gran noticia con ellos es que cuando te rondan te hacen sentir la persona más bella del mundo. La que no es tan buena es que quieren que les devuelvas ese afecto multiplicado, embellecido, y que lo quieren las 24 horas del día.
Ante esa intensidad muy pocos pueden responder adecuadamente. Y es que el corazón indómito de Leo no conoce límites ni descansos. También hay que decir que quién se someta al amor del león debe hacerse a la idea de siempre deberá competir contra todos los otros amores posibles del león. Y es que este signo nunca deja de planificar seducciones, de flirtear, de soñarse en otros brazos. Su hambre de amor nunca está saciada.
Ni Tauro ni Cáncer tolerarían ese desequilibrio entre lo que se pide y lo que se da, y para Sagitario y para Libra esa dependencia emocional no es saludable. Virgo prefiere no saber de tan gran compromiso.
Al encontrarse con Aries, Acuario da con una confianza y energía afines: ambos se tienen a sí mismos y a sus talentos como el mejor de sus capitales. Entre los dos van a crear un ambiente positivo y emocionante, justo ese que ambos anhelan en la vida. El punto más importante para los dos será cómo evitar una batalla de egos. Algo que no les será muy difícil de encontrar, pues ante todo van a apoyarse mutuamente, con toda la fuerza de sus corazones, y en cada una de las pequeñas cosas que hagan y hasta el final de sus más caros y ambiciosos proyectos.
Lo único que puede salir mal entre Leo, Aries y Acuario es que a Leo la competencia le gusta, pero sólo cuando va ganando. Por ello, en no pocas ocasiones, el éxito de sus parejas le genera unos grandes celos profesionales. Puede llegar a sabotear a la persona que ama con actos y con palabras injustas.
Lo que Leo debe aprender en este caso es que cuando estamos en pareja somos uno solo con la persona, y el daño que le hacemos es el daño que nos hacemos a nosotros mismos. Su fracaso es el nuestro, y por ello es suicida desearle o hacerle cualquier mal.
Ante esa intensidad muy pocos pueden responder adecuadamente. Y es que el corazón indómito de Leo no conoce límites ni descansos. También hay que decir que quién se someta al amor del león debe hacerse a la idea de siempre deberá competir contra todos los otros amores posibles del león. Y es que este signo nunca deja de planificar seducciones, de flirtear, de soñarse en otros brazos. Su hambre de amor nunca está saciada.
Ni Tauro ni Cáncer tolerarían ese desequilibrio entre lo que se pide y lo que se da, y para Sagitario y para Libra esa dependencia emocional no es saludable. Virgo prefiere no saber de tan gran compromiso.
Los únicos signos a la altura de este resto son Acuario y Aries.
Con Acuario los leones van a conseguir toda la atención que anhelan, sin que exista la necesidad de que la pidan. Con el aguador Acuario va a encontrarse con un alma gemela que, al igual que él, gusta de llevar toda experiencia al límite: sea emocional, laboral o amorosa. Ambos son adictos a la adrenalina, y van a esmerarse por recibirla cada vez que sea posible. Sus personalidades audaces van a mantener sus mentes hambrientas, entretenidas y enamoradas.Al encontrarse con Aries, Acuario da con una confianza y energía afines: ambos se tienen a sí mismos y a sus talentos como el mejor de sus capitales. Entre los dos van a crear un ambiente positivo y emocionante, justo ese que ambos anhelan en la vida. El punto más importante para los dos será cómo evitar una batalla de egos. Algo que no les será muy difícil de encontrar, pues ante todo van a apoyarse mutuamente, con toda la fuerza de sus corazones, y en cada una de las pequeñas cosas que hagan y hasta el final de sus más caros y ambiciosos proyectos.
Lo único que puede salir mal entre Leo, Aries y Acuario es que a Leo la competencia le gusta, pero sólo cuando va ganando. Por ello, en no pocas ocasiones, el éxito de sus parejas le genera unos grandes celos profesionales. Puede llegar a sabotear a la persona que ama con actos y con palabras injustas.
Lo que Leo debe aprender en este caso es que cuando estamos en pareja somos uno solo con la persona, y el daño que le hacemos es el daño que nos hacemos a nosotros mismos. Su fracaso es el nuestro, y por ello es suicida desearle o hacerle cualquier mal.
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